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Las intervenciones y la actuación de los socialistas revolucionarios en el parlamento burgués

Las mejores tradiciones de la III y la iv internacional

Presentamos a continuación a nuestros lectores un material prácticamente desconocido o, como mínimo muy poco difundido que tiene, a nuestro entender, un valor incalculable como testimonio de lo que debe ser la actuación de los revolucionarios en el Parlamento burgués. Se trata de uno de los discursos pronunciados por el diputado Emilio Zapata, militante de la Izquierda Comunista, la sección chilena de la Oposición de Izquierda Internacional. Su discurso en el parlamento burgués de Chile en 1933, un verdadero ejemplo de una intervención revolucionaria en el parlamento burgués, marca una continuidad con la mejor tradición revolucionaria de Karl Liebkchnet y con las resoluciones y lecciones de la III Internacional bajo la dirección de Lenin y Trotsky.

El señor Zapata: En otras oportunidades, señor presidente, no me ha sido posible expresar mis observaciones de acuerdo con la representación que tengo en esta Cámara y voy a aprovechar la oportunidad que se me presenta en estos momentos para manifestarlas.
Me he inscrito, señor presidente, para hablar porque deseo en esta reunión de los que aquí están como “representantes del pueblo”, exponer el punto de vista concreto del Partido Comunista...

El señor VEGA: ¿Qué Partido Comunista?

El señor ZAPATA: Del que soy miembro activo y parlamentario y por tanto el punto de vista que interesa honda y profundamente a las masas trabajadoras del campo y de la industria.
Como representante comunista, como soldado de fila de la revolución proletaria, no tengo ningún interés en legislar para el perfeccionamiento de este régimen de injusticias y de explotación; como tal y como obrero revolucionario, soy mandado por mi Partido a combatir este régimen de miseria en la misma institución creada a tapar la expoliación a que se hallan sometidos millones de trabajadores.
En la calle como en la fábrica, en el taller como en el campo, en el local obrero como en este local burgués los comunistas somos soldados de la revolución proletaria.
Los trabajadores, las grandes masas de explotados, los millones de miserables que con su trabajo de esclavos han llenado de riquezas el mundo capitalista y que viven o mueren de las piltrafas constituyen los enterradores del capitalismo, los organizadores de la sociedad socialista que reemplazará a esta sociedad hambrienta.
La Rusia soviética, en un esfuerzo gigantesco ha demostrado la potencia creadora del proletariado y de las masas campesinas. Ha demostrado al proletariado del mundo entero el camino que deben seguir para traer el bienestar al mundo entero.
El socialismo que se construye a pasos agigantados en la Rusia de los soviets se realiza porque el poder político está en manos de los trabajadores y porque toda explotación ha terminado al terminar revolucionariamente el proletariado con la burguesía explotadora. Y ese es el camino que igual que en todas partes mostramos desde aquí a las masas trabajadoras de Chile.

[De] Los enemigos del proletariado no son los peores los que militan en las filas de la burguesía, no es la iglesia con su opio nefasto, no es la oligarquía criolla que estruja y extrae hasta la médula de los campesinos en jornadas de sol a sol; los peores son los que TILDANDOSE PARTIDOS OBREROS NO SON SINO GANCHOS DE LA BURGUESÍA PARA PESCAR LAS MASAS TRABAJADORAS Y ARRASTRARLAS tras de su carro de reformas y compromisos.
Los peores enemigos de los trabajadores chilenos son los demócratas, son los socialistas de todos los matices, son los llamados partidos izquierdistas, son todos los que usan del lenguaje y de las poses para engañar las masas obreras y envolverlas en su demagogia pequeño burguesa y entregarlas atadas de pies y manos a la explotación del capitalismo nacional e internacional.

El Partido Demócrata que dice luchar por los trabajadores, fue uno de los puntales de la dictadura financiero militar de Ibáñez, fue agente exclusivo entre los trabajadores del ibañismo y de su propaganda y concurrió con todo su apoyo al incremento de las persecuciones, asesinatos y fondeos de los miembros del Partido Comunista y de las organizaciones revolucionarias de masas.

Los partidos socialistas e izquierdistas, flora de terreno húmedo, no son sino un producto de la radicalización de las capas pequeño burguesas y por tanto de su desorientación. Estos partidos que se caracterizan por una serie de matices amarillos no van más allá de declaraciones líricas, de continuadas peroratas demagógicas que vienen a LLENAR UNA NECESIDAD DE LA BURGUESÍA por cuanto forman el ala izquierda de ella y unida a ella por fuertes y estrechos lazos indisolubles y que se hacen valer en la primera ocasión poniéndose incondicionalmente al servicio y defensa de los intereses de la burguesía criolla e imperialista.
Estos son los peores enemigos del proletariado y de las organizaciones revolucionarias de masas y en especial del PARTIDO COMUNISTA al cual tratan de matar por todos los medios.

Los comunistas no hemos podido llegar a plantear nuestra lucha aquí en la forma en que han llegado todos ustedes, porque estamos fuera de la ley, porque ustedes lo han querido y porque así conviene a vuestros intereses que son los de la burguesía criolla y que son los del imperialismo internacional. Pero de todas maneras estamos aquí dispuestos a desenmascarar a todos los que son efectivamente enemigos del proletariado y de las clases trabajadoras a pesar de sus caretas de revolucionarios de cartel.

El Partido Comunista me envía aquí a cumplir con el papel que he desempeñado en donde he trabajado: a colaborar en el más rápido desenvolvimiento de la revolución proletaria, ayudando a desarrollar la conciencia de clase de los trabajadores.
El Parlamento, institución que cumple con un papel, el papel de mistificar a las masas trabajadoras y facilitar la dominación de ellas por las clases gobernantes, se ha “convertido en la forma DEMOCRÁTICA de dominación de la burguesía, a la cual le es necesario, en un momento dado de su desarrollo, una ficción de representación popular que expresa en apariencia la “voluntad del pueblo” y no la de las clases, pero que constituye, en realidad, en manos del capital imperante, un instrumento de coacción y de opresión”.
Y esto que lo decimos como representante del PARTIDO COMUNISTA, lo decimos a las masas trabajadoras, a los miles, cientos de miles de cesantes, hambrientos y miserables que se mueren de hambre, de frío y de miseria, al proletariado en trabajo, a las masas trabajadoras del campo sometidas al yugo esclavista del inquilinaje y a todos los que viven de la venta de su fuerza de trabajo. Y lo decimos para que comprendan definitivamente que sólo una lucha feroz, organizada y dirigida por el PARTIDO COMUNISTA, puede triunfar de este régimen ignominioso de explotación inmisericorde de millones de trabajadores.
Aquí se pretende engañar al proletariado y al campesinado legislando y encubriendo, retardando y adormeciendo el movimiento liberador de las grandes masas explotadas. Aquí se pretende digo, hacer creer que HAY POSIBILIDAD DE ALIMENTO, DE ROPA, DE TECHO Y DE TRABAJO, dentro del marco del capitalismo explotador, dentro de este sistema putrefacto, en descomposición y que quiere hundirse exterminando el máximo de proletarios, el máximo de campesinos, el máximo de pequeños productores: quiere en resumen, morir matando.
Los trescientos mil cesantes que llenan este país con sus clamores pidiendo pan, tienen que convencerse, tienen que de una vez por todas saber que de este sistema, del capitalismo, de la burguesía y oligarquía explotadoras, no pueden esperar sino balas y metralla; que su hambre se terminará en las masacres que se preparan hora a hora, día a día, en las clases explotadoras y dirigentes.

No podemos sino gritar aquí, en plena institución burguesa, el sentir, el DERECHO de las grandes masas del campo y de la industria, a imponer sus reivindicaciones económicas y políticas; no podemos sino convertir esta tribuna que ha sido creada para adormecer a los trabajadores, en una tribuna revolucionaria que sirva para impulsar la revolución proletaria que dará al traste con todo este régimen afianzado en la explotación feroz de millones de hombres, mujeres y niños.
Se ha convocado extraordinariamente al Parlamento para que estudie la Liquidación de la Cosach, en primer punto. Estamos convencidos porque conocemos el régimen que combatimos que la liquidación de esa funesta compañía y a la cual dieron su entusiasta apoyo gran parte de los señores que dicen haber venido aquí a defender los intereses de los trabajadores, no es sino el preámbulo de la constitución de una nueva COSACH, con distinto nombre y a base del capital del imperialismo inglés o del imperialismo francés.
La miseria no se disminuirá un ápice porque pasemos de un dueño a otro o porque aquí se tomen medidas de socorro o de limosnas o porque se aprueben con el mismo voto entusiasta con que acordaron la Cosach y todas las iniquidades que se han cometido y se cometen a diario; medidas de emergencia para solucionar la cesantía, nada de eso disminuirá en nada la miseria y el hambre crónicas de las masas trabajadoras y esto por la sencilla razón de que queda incólume el sistema, el régimen entero con todas sus posiciones intocadas, con sus inmensas reservas de artículos de primera necesidad acaparadas por unos cuantos privilegiados a quienes las leyes amparan y protegen y porque el poder político sigue en manos de los explotadores, en manos de la burguesía, en estrecha alianza con la oligarquía, con la iglesia y con el imperialismo internacional.
Solamente la revolución proletaria triunfante, con la implantación de la Dictadura del Proletariado y con la destrucción hasta en sus raíces de toda explotación se podrá construir una sociedad en la que todos sean productores y en la que por tanto el que produce come, en reemplazo de esta sociedad en la que come hasta hartarse el que nunca ha trabajado pero que siempre ha explotado el trabajo de otros...
(Risas)
El señor ZAPATA: Merecen a Sus Señorías las expresiones de este loco, tal vez porque de locos se ha tratado a los comunistas, a los únicos hombres del Partido Comunista que estuvieron en desacuerdo profundo con la creación de la Cosach, que fue aprobada por los diversos partidos políticos, que tienen representación en esta Cámara y que se manifestaron sumisos y serviles.
Pretenden Sus Señorías reírse de este modesto proletario que ha llegado a tener un asiento en la cámara en legítima representación de los trabajadores, quienes lo eligieron por su espontánea voluntad. Porque yo no he ido a emborrachar a los trabajadores para obtener su voto; yo no he ido a violentar la conciencia de los trabajadores para conquistar un sillón en esta Cámara; he llegado legítimamente a ocupar un asiento en esta Cámara en virtud de la majestad de la voluntad del pueblo.
Y cuando en este Parlamento se mistifica con leyes que se dicen van en beneficio de los trabajadores, yo levanto mi voz y hago estas declaraciones.
Ayer Sus Señorías dictaron una ley que rebaja el 20 por ciento del valor de los arriendos de las casas. Esta ley es la continuidad de una ley dictada por el parlamento elegido por la dictadura Ibáñez y debo declarar que los beneficios de esta ley jamás los ha recibido el pueblo. De este modo se mistifica al pueblo y por lo tanto tengo razón en decir que con leyes se está mistificando a la opinión pública que ustedes dicen representar, cuando no son representantes del pueblo.•

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